Muy de cuando en cuando te encuentras
la obra de alguien que te hace volver a soñar. Seguramente no sea lo
mejor que hayas visto últimamente, es hasta posible que ni te
parezca bueno, pero tiene algo indefinido que despierta algo dormido
en ti. Ese algo realmente no tiene nombre, es en parte inspiración
si, pero también es soñar despierto y ver posibilidades en esa obra
mucho mas allá de lo que cualquier otro puede ver, puesto que las
estas creando tu. En mi caso uno de los autores con los que más
fuerte me ha dado este algo (como para ponerle otro nombre
tras tantas palabras que le he dedicado) fue con José Antonio
Cotrina, un escritor que nunca me canso de recomendar. Pero no es de
él de quien quiero hablar hoy, si no de mi ultimo reencuentro con
este algo de mano de la obra de Pete Amachree. Y como las
ilustraciones hablan por si solas sacad vosotros mismos las
conclusiones.
Y ya de paso que presento este autor
aprovecho para entonar un hola de nuevo. Son ya unas
cuantas (al menos cuatro que pueda recordar) las veces que he dejado
el blog y he vuelto al cabo de más o menos tiempo a él. Y en cada
ocasión he vuelto buscando algo distinto de él, y dispuesto a
encararlo de forma distinta. En fin, son seis años ya, cumplidos
hace justo una semana, y supongo que las Torres del Fénix siguen
haciendo honor a su patrón. Y es que este blog ha tenido ya unas
cuantas vidas, y en cada una de ellas mi objetivo ha sido distinto.
Ser un canal para transmitir los conocimientos sobre mis aficiones
que he adquirido vía compras, experiencia u oportunidad, y que haya
servido realmente de algo a alguien, es una de las que me siento mas
orgulloso. Ser un cajón de sastre donde guardar proyectos e ideas a
la espera de que las rescate o transforme en otra cosa, o simplemente
como recordatorio a mano por internet es la que mas útil me ha sido.
Pero creo que de todas he aprendido algo, ya fuese sobre mi manera de
encarar esta afición o como la transmito por internet. En cualquier
caso aquí estoy, siempre lo he estado.