viernes, 1 de enero de 2010

La Señora de los Laberintos

No se si os habréis fijado que uno de los gadgets que tengo en el margen derecho va de las novelas que estoy leyendo, y el que había hasta esta mañana era La Señora de los Laberintos que termine ayer por la madrugada. Pero antes de entrar a la reseña de esta novela quiero avisar de que la dividiré en dos partes, la primera para todos los públicos, y la segunda con spoilers pero solo sobre el trasfondo y la tecnología de la novela, que conforman buena parte del interés de la primera mitad de esta aunque igual puede interesarle a algún impaciente o indeciso.



La Señora de los Laberintos es una novela de ciencia ficción hard en concreto del subgénero transhumanista, aunque a veces uno no sabe como catalogarla hasta parece fantástica en algunos momentos (pero es simplemente otra de las ilusiones que tan magistralmente se entretejen en el fondo de esta novela), y desde luego es la novela más exótica en su estilo que me he encontrado del genero (creedme, me explicaría mejor, pero requeriría amplios spoilers, solo os diré que es algo que hay que “vivirlo”, es decir leerlo).


Esta novela nos transporta a colector de Westerhaven en la Corona de Teven que se encuentra localizado en la Nebulosa de Leteo. Si os digo eso no os suena a nada ¿No? ¿Pero que os parecería si os digo que todas esas localizaciones se encuentran en un sistema Solar muy cambiado de unos cuantos siglos, impreciso, en el futuro? Dejad que os aclare un poco las cosas, una corona es una megaestructura de forma toroidal que en cierta manera nos recuerda a Mundo Anillo. Un colector viene a ser un continuo de realidad, para que nos entendamos, en la Corona de Teven la gente viva conectada al intrínseco que viene a ser una especie de superinternet, y viven su vida no en la “realidad” si no en realidades aumentadas consensuadas según su pueblo que se llaman colectores (esta es una cosa con la que tenéis que tener cuidado por que muchas reseñas se equivocan al catalogarla como realidad virtual, aunque normal la realidad aumentada es algo bastante nuevo, en parte supongo por la referencia a “virtual” en la sinopsis de la contraportada). Así por ejemplo en Westerhaven viven una especie de vida de nobleza del siglo XXI-XXII (aunque con limitaciones debido a los bloqueos tecnológicos, que explicare en la sección de spoilers) conectados a algo llamado “sociedades” (que explicare también en los spoilers, no por que sea importante, si no por que creo que es una de las maravillas de la novela) mientras tienen al lado al Pueblo de Raven que viven como los indios americanos predescubrimiento rodeados de bestias míticas.


Una vez puestos en situación os diré que esta es una novela complicada, densa y complicada. Desde el principio se nos comienza a bombardear con conceptos como los que os he indicado en el párrafo anterior que no se definen, algunos de ellos se van explicando por si solos poco a poco por que forman parte de la vida cotidiana del colector mientras que otros son desconocidos hasta para los propios personajes (como los aneclípticos o Archipiélago), y otros son vocabulario existente en nuestra era pero proveniente de neologismos tecnócratas o referencias especializadas que me ha tocado buscar (como adhocracia). Pero esto no es todo puesto que la trama, que en un principio parecía sencilla, comienza pronto a enmarañarse con un complot cada vez más enraizado en una sociedad mayor de lo que parecía y a extenderse hacía la filosofía tecnológica (una de las bases del libro) y el concepto de realidad (que aunque solo se plantea si se le da vueltas puede dar que pensar, y daría para todo un ensayo a Nietzsche o Platón).




El ritmo, tanto narrativo como temporal es otro punto que merece ser tocado aparte. Aunque yo apenas me he dado cuenta debido a como me han atrapado el trasfondo y la trama, muchas veces subyacente bajo el primero, como avezado lector (creo que con lo que leo y he leído puedo decirlo sin que me salgan los colores) me doy cuenta de que el ritmo narrativo de esta obra es bastante irregular, y que a cualquiera que no le cautive tanto el trasfondo puede costarle meterse en la narración debido a ello. Además el autor tiene un uso muy poco frecuente del tiempo, en no pocas ocasiones se pone a narrarnos situaciones que acontecerán más adelante desde una perspectiva anterior. Por ejemplo al principio de una serie de visitas a unas localizaciones la protagonista ya nos advierte que no encontraron nada y nos relata lo frustrante que fue su experiencia, para después narrar como es la primera localización. Pero estos detalles más que errores de un novelista novato parecen intencionados, como de un autor que busca explorar herramientas narrativas jugando con el tiempo, y que aunque no queden del todo bien, y confundan al lector un poco, sobretodo si no esta advertido, dejan con un cierto sabor a talento del que, al menos yo, he tomado nota.


Los protagonistas, eso si, son el talón de Aquiles de la obra. Todos los personajes de esta obra son secundarios, sin ningún tratamiento de primera, centrándose todo alrededor de la protagonista, Livia Kodaly, una diplomática de Westerhaven que tiene una especial habilidad (aunque ni de lejos única) para creer en colectores, lo que le permite ir de uno a otro. Este personaje en general resulta bastante anodino, no del todo por que no aporte nada, si no por que no esta a la altura de la historia y por que el peso de la trama la hunde. Además sufre una serie de cambios de humor, en algunos momentos histéricos incluso, que aunque pueden llegar a ser comprensibles (la verdad es que con lo que vive esta chica y viniendo de la sociedad de la que viene es para encogerse y comenzar a mecerse semicatatónica) hace que le pilles tirria en algunos momentos. Aun así es un personaje sólido, con una historia consistente que se nos va desvelando y a la que como único pero puedo poner que el autor relaciona demasiado artificialmente con la trama argumental al final de la novela, como si quisiese relacionar dos hechos sin saber como y al final se decidiese a hacerlo sin más.

En conclusión, una novela imprescindible para cualquier amante de la ciencia ficción más hard, sobretodo si ya le ha cogido el gustillo al transhumanismo. Si no te interesa la ciencia ficción pero aun así no te dan miedo los retos igualmente la recomendaría, puesto que es una novela como he dicho exótica. Pero si no te van los retos o eres un lector de space opera poco amante del hard te diría que la evitases, puesto que La Señora de los Laberintos hace concesiones pero no da cuartel.



Y ahora pasamos a los spoilers sobre la tecnología y el trasfondo, en ningún caso será sobre la trama o el desarrollo de la novela, pero aun así vuelvo a advertir que estos spoilers pueden quitar algo de interés a la lectura futura de la novela (aunque tampoco del todo, y si estas indeciso sobre leerla pueden llegar a convencerte). Aunque ya os aviso que no lo contare todo y algunas sorpresas reservo para la propia novela.

Para comenzar voy a explicaros que es la Nebulosa de Leteo que había dejado antes intencionada sin definir y seguramente más de uno se preguntara que pinta una nebulosa en el sistema solar. Pues debéis saber que este es un sistema solar bastante distinto del que habitamos, en él dos enormes conos de materia solar son dirigidos “arriba” y “abajo” en los planos contrarios a la elíptica (es decir donde rotan los planetas). Este procesó fue iniciado por las poderosísimas IAs que actualmente controlan el espacio humano para disponer de material para la creación de megaestrcuturas (como las coronas o enormes naves-ciudad). Es más la propia Nebulosa esta plagada de piezas y estructuras en construcción que en cualquier momento pueden ser ensambladas por estas IAs para construir lo que necesiten.

Otra cosa que quizás os hayáis preguntado es ¿Qué diferencia a una corona de un mundo anillo? En realidad viene a ser un tema de escalas y tecnologías, el mundo anillo es una megaestrcutura de primer orden que requiere una cantidad de materiales enorme, tan grande como los existentes en todo el sistema solar o posiblemente más. Mientras que una corona es una megaestructura más modesta y con un pequeño sol artificial en el centro, con lo cual puedes colocarla en cualquier lado. En concreto la Corona de Teven se encuentra en el espacio más allá de Júpiter.


Antes también me dejé por definir son las sociedades de Westerhaven, y aquí creedme que hay tela de la buena. Las sociedades son una especie de red social compuesta por tus contactos que puedes llamar en cualquier momento gracias al intrínseco. Estos contactos en lugar de aparecer como diálogos, en alguna pantalla o como algún menos, aparecen como animaciones.


Las animaciones son formas del intrínseco (es decir no existen más que en la realidad aumentada) y que gracias a IAs actúan con tanta naturalidad que pueden tomar decisiones exactas a las que tomaría su yo real. En Westerhaven hay costumbre de actuar en varios planos, política y socialmente por ejemplo, a la vez actuando mediante animaciones, y actuar personalmente solo cuando una de ellas te advierta de que algo requiere tu presencia.


Intrínseco
es la base de toda la sociedad posthumana, y no solo en La Corona de Teven, su nombre creo que es una pista de su importancia, y es que en el futuro propuesto en La Señora de los Laberintos la realidad es más difusa que nunca y todo el mundo tiene injertados desde muy joven implantes neurales que le permiten vivir en una realidad aumentada (casi paralela en algunas ocasiones). Como dije antes vendría a ser una especie de superinternet donde puedes pedir datos, asesoramiento, es el que establece todos los colectores, y un larguísimo etc… Vamos es como vivir en un servidor Internet, esa importancia tiene el intrínseco para los habitantes de este futuro.


Ángeles
, este es uno de los elementos que me hizo pensar que tenía toques de fantasía la novela. Los ángeles son criaturas invisibles que aparecen, en forma humana para dar sosiego dice la novela, para curar las heridas de sus protegidos o cuando necesitan ser protegidos de algo, desde el vacío a un tiro o lo que sea. Pero más adelante se nos describe la autentica naturaleza de los ángeles, que no son más que materia programable controlada por el intrínseco.


Hay bastantes más cosas que podría mencionar y contar (como los Bloqueos Tecnológicos), pero creo que con estas sobra para ver la calidad técnica que tiene el trasfondo del libro y hasta que nivel llega la transformación tecnológica que vive el universo de La Señora de los Laberintos, una novela que no puedo hacer si no volver a recomendar.

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